Dentro de la tradición budista, hablar de un crecimiento espiritual hace referencia a un fuerte crecimiento interno, se refiere al entrenamiento de una mente en calma, con un visión clara, sin juicios, en equilibrio, lo que procura un estado mental de Paz, alegría, amor incondicional, compasión y ecuanimidad.
Todo lo anterior nos arroja a tomar mejores decisiones en nuestro desempeño de vida, a evitar conflictos y sobre todo a erradicar el sufrimiento. Simple: lograr una mejor calidad de vida.